Amílcar - Febreros Y Abriles (Venezuela)




Siglos de sol en la piel, sus bienes y sus males,
sintiendo bajo sus pies presiones infernales.
El manto iris tornó del suelo y alzó tanto su voz
que el pueblo se despertó del sueño en un por ahora.
El antes si un día vio el dedo del destino.
Que la aflicción tiene voz de ancianos y de niños.
El rabiar del labrador que trae el rastrojo en el camino
sin ser carroña ve cómo el buitre ha de devorar lo vivo.
Siglos de sol en la piel, comandante llevo en mis genes
llevo el arado y llevo sembrado el dolor entre mis sienes.
Escríbeme en tu aventura genio de triste figura
vayamos a derribar gigantes que a buenaventura, Dios ayuda.

Esa voz que cada cien inviernos y veranos
despierta el alma de quien no cede ante el engaño.
Que no le teme el más vil conspirador ni odiosos tiranos.
Que florentinos hay mil aunque hayan así de diablos.
Cuando resuena el clarín, contigo comandante:
Sancho, El Quijote hasta el fin, jumento y Rocinante.
Y no lo van a impedir usurpadores blandiendo escapularios
que el nazareno está vivo y lucha aquí a diario.

Siglos de sol en la piel, comandante llevo en mis genes
llevo el arado y llevo sembrado el dolor entre mis sienes.
Escríbeme en tu aventura genio de triste figura
vayamos a derribar gigantes que a buenaventura, Dios ayuda.

Ya no nos van a espantar imperios tan hostiles.
Que habremos de levantar verdades o fusiles
y ya dejando atrás los tiempos de ingenuos e infantiles
que nunca habrán de faltar febreros ni más, abriles.

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